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MARIANELA envenena mis SUEÑOS

  • Foto del escritor: bajoinfinitasestrellas
    bajoinfinitasestrellas
  • 11 nov 2023
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 26 jul 2024


Autor: Jordi Cicely

(246 pp) – Editorial Fanes, 2022


Jordi Cicely, el autor de esta novela, contactó conmigo a través de la web. Sus palabras me hicieron muy feliz y me llenaron de ilusión pues compartía la emoción de haber logrado el sueño de publicar su primera obra y me hacía partícipe deseando que la leyera.

Entré en su página (https://cosasquetecontealoido.com/ ) y en su Instagram y me encantó la manera de escribir, de transmitir emociones, de capturar sentimientos... De hecho, ahora, hace tan sólo unos instantes, he dejado de escribir para volver de nuevo en su web y retomar alguno de sus textos, pues esa magia de nuevo y la necesito en este precioso momento. Voy a hablaros de uno de ellos.

De "Gritar a las montañas", me quedo con sus últimas líneas, que con el permiso de Jordi dejo a continuación: "Pude sentir la libertad de gritar o la prisión del silencio, la diferencia del día y la noche, del olvido y del recuerdo, del ir y venir…Sin más , empecé a gritar fuerte, mi voz era el portavoz de mi corazón y de mi ánimo, y a mis gritos se unieron los de mi hermana y David, sin decir nada, a lo unísono, sin más ensayo, que el movimiento de nuestros brazos de los tres gritando, cada cual más fuerte, y dibujando formas sonoras en el aire, que el viento se encargaba de trasladar, quería que me escuchasen abajo en el valle, que escucharan mi alma, que supiesen de mi angustia, de mi esperanza, de mi recuerdo de un amor que nunca olvidara…Y gritamos desde lo alto de la monte, esperando que nuestras voces las escuchase el viento…esperando que alguien me recordase."

Adoro estar en la Naturaleza, recorrer caminos, disfrutar de paisajes, de montañas, ríos, mares y océanos. Recuerdo que cuando leí por primera vez "Gritar a las montañas" me reconocí en ese deseo de que escucharan mi alma, en esa sensación de libertar... en esas voces al viento.

Si navegas por sus escritos, te llegarán al alma.

Su sensibilidad a la hora de tratar temas cotidianos y, especialmente, cómo percibí en él el amor, la pérdida y el dolor me sumergieron de lleno en su historia. Quería saber quién había sido Mariela para Jairo, necesitaba vivir ese amor.

Mariela había dejado a Jairo hacía ya un año para volver con su ex y él continuaba con el corazón roto, sentía tanto su ausencia que el vacío era como una obsesión. Mariela regresaba una y otra vez a su recuerdo y dolía...

Jairo, con sus escritos en la maleta, su música y el deseo de volver a encontrar en Guanabo a Sandra, la chica con la que había estado allí seis meses atrás, voló a Cuba convencido de que sería la única que podría hacerle olvidar a Mariela. En el hotel coincidió con Ángel con el que pronto entabló una amistad y ambos compartieron las confidencias de dos corazones solitarios y a la vez tan llenos de recuerdos.

Los dos tenían una historia que curar, una página que pasar y eran iguales en algo que, he de reconocer que en un principio me molestó, me hizo un poco de daño hasta que, poco a poco, traté de ir comprendiendo aunque mi interior siguiese sin aprobarlo. Me costaba y me costó hasta el final entender que, el hecho de buscar a otras mujeres fuese para ellos el camino, la solución. llegué a verlos como auténticos cazadores en una salvaje selva y eso es difícil de vivir si no lo has vivido. Duro, si para ti el amor es delicadeza, ternura y entrega más allá de todo lo que lo lo físico pueda suponer. Ansiaba encontrar en la página siguiente una mujer que no fuese el esperado prototipo, que no tuviese las deseadas curvas ni la sensualidad a flor de piel que tanto demandaban uno y otro.

Noches de desfase y descontrol, mujeres que se acercaban a ellos sólo por ofrecerse unas horas, tal vez por buscar un pasaje a España o simplemente porque ese era el micro universo que conformaba El Dorado, sus luces, su música, las copas y el placer inmediato.


Jairo encontró allí a Sandra, pero su reencuentro no funcionó. Esperable cuando la conocí a ella y lo que buscaba, alivio cuando supe que tampoco esa relación le devolvería la felicidad a Jairo. En su vida se cruzaron dos mujeres más: Anaelys que trabajaba en el restaurante y en quien encontré una mirada limpia bajo las estrellas y la arrolladora Nadia con la que sólo hubo lo que duró el instinto.

Las tres lograron encajar un puzzle de sosiego en el tormento del protagonista y conseguir que se despidiese del fantasma de Mariela. Un aprendizaje que otros logramos mediante diferentes caminos igual de válidos si al final de ellos nos espera el convencimiento de que el amor es posible, es bonito y si es verdadero: es sano, te completa, te hace mejor persona, te libera, te cura, te hace crecer y reír: TE DA VIDA.


El estilo de Jordi Cicely hace que sientas la novela como una conversación con Jairo, el relato de lo que vive en ese momento, lo que siente de la manera más explícita y a la vez te sumerge en la profundidad de su pasado, del bagaje que lo acompaña y por momentos oprime. Reconozco que lo he odiado en muchos momentos y que hasta el final buscaba encontrar el sentimiento cómplice, tierno, libre que para mí se hace necesario; pero he de decir que me quedo con la sensación de que, allá donde vaya, podrá empezar de nuevo y quizá esta vez, sí viva el AMOR.




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