Autor: Roberto Santiago
Ilustraciones de Enrique Lorenzo
(294 pp.) – Ediciones SM
... Y por fin llegó el momento de conocer a Los Futbolísimos. Fueron muchas las recomendaciones que me animaban a leer sus aventuras y ya deseaba hacerlo. La lectura ha ido ganando interés y hasta he aprendido algunas expresiones propias de la jerga futbolera, gracias a las reiteradas consultas a mi compañero de vida.
Francisco garcía Casas tiene once años y su pasión es el fútbol, no le gustan ñas matemáticas hasta que aprende su utilidad y está enamorado de Helena. Su equipo, el Soto Alto va de penúltimo en la clasificación y esa es la mayor de las preocupaciones en su vida.
Su padre es policía y su madre, gran aficionada, trabaja en una tienda. Víctor es el cuarto en esta familia, es su hermano mayor y veremos que le gusta gastar unas bromas un tanto pesadas.
Hacia los últimos y decisivos partidos en los que, además de un ascenso se jugaban un descenso que conllevaría la posible desaparición del equipo, algo insólito ocurrió. En tres partidos consecutivos, los árbitros se durmieron. Nadie conseguía explicar algo así. Los médicos certificaban que estaban bien de salud los colegiados, así que... ALGO ESTABA PASANDO y es entonces cuando Los Futbolísimos deciden investigar por su cuenta. Las indagaciones apuntan a Chacón, el entrenador del gran rival Islantilla y no dudan en colarse en su casa.
Todo se descubre y el castigo. Mas al final, el padre de Francisco, alias Pakete, descubre que en parte sí tenían razón los pequeños pues los tres árbitros habían sido dormidos; pero el culpable era otro y no el entrenador del equipo rival. El detenido pues, fue el árbitro al que siempre acudían, un estudiante de química que colocó altas dosis de barbital en la pastilla de jabón del vestuario pretendiendo con ello que le llamasen a él cada vez que fuese necesaria su intervención.
Así se resuelve el misterio, además que se plantean nuevas esperanzas para el Soto y también para el corazón enamorado de Francisco que, en la página final se besa con Helena. Tendré que leer el siguiente para saber qué ocurre con ese decisivo partido interrumpido y también con su bonita historia de amor.
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