Si en el primero de los libros de la colección, las aventuras estaban servidas en el internado de Malory, este segundo ha superado las expectativas. Ya en las primeras páginas, cuando las niñas se están acercando, es palpable la emoción como lo fue en el anterior. "El coche no tardó en alcanzar los escalones que conducían a la puerta principal. Ya había otros coches aparcados en el camino de entrada, y grupos de niñas que hablaban animadamente junto a los vehículos. Aquí y allá, alegres voces gritaban desde el otro lado del camino." (Vid. Pág. 13).
Tres nuevas alumnas llegan al internado: Ellen Wilson, Belinda Morris y Daphne Millicent. Cada una de ellas con una definida personalidad.
"El primer día del trimestre la señorita Parker comunicó el nombre de la responsable de curso. Todas estaban impacientes por saberlo, y esperaban en silencio mientras la señorita Parker hojeaba sus papeles y paseaba la mirada por la mesa en busca de un lápiz." (Vid. Pág.35). La elegida fue Sally Hope. Esto suscitó alegría en algunas de las niñas y una cierta rivalidad en otras.
Con el curso en marcha, llegaron travesuras como la de la tiza invisible que dejaba, con el calor, una mancha de color rosado intenso en la ropa de quien se sentaba sobre lo escrito con ella. Con cierto nerviosismo, le hicieron la travesura al profesor de música y a Madmoiselle Dupont.
Además de esta osadía, deberán enfrentarse a las consecuencias del cuaderno con caricaturas que hizo la ocurrente Belinda sobre las dos Madmoiselles: Dupont y Rougier.
Aunque, sin duda, lo que más me mantuvo en vilo fue saber lo que ocurría con Ellen, su enfermedad y su preocupación desmesurada por no bajar su rendimiento académico y lo que fue capaz de hacer para ello. Una vez más, la autora aprovecha las circunstancias para dar consejos y posicionarse en una moral que hace que siempre afiancemos nuestras acciones en los buenos valores.
Daphne, otra de las alumnas nuevas, resultó ser una embustera y la culpable de los robos. Mas todo ello tiene su contrapartida cuando salva a una compañera que se había caído en el acantilado. Y es que, en Torres de Malory, todo es posible, pero principalmente: LAS AVENTURAS Y LA AMISTAD.
... Con emoción, ya estoy en el tercer curso.
Buen trabajo...😊