Autor: Chesus Calvo
(80 pp.) – GP Ediciones
A sabiendas de que muchas heridas siguen abiertas y de que muchos viven aún con cicatrices; mi profundo respeto a unos, a otros y a la Historia, me hace leer, buscar, saber...
Estos días he descubierto dos podcast que arrojan luz sobre los campos de trabajo y... así, por azar, mis ojos se detuvieron en esta novela gráfica mientras se paseaban felices y ávidos de lectura por las estanterías de la biblioteca que frecuento. Conjeturas, coincidencias...
Esta es la historia de los últimos días de Julián Alonso Villarroya que, siendo hijo de republicano, es hecho prisionero cuando trataba de esconderse en los bosques del Pirineo Aragonés. Entre las montañas, Julián escucha un ruido, se esconde y descubre a un corzo y... en tan sólo unos instantes, un disparo lo deja inconsciente.
No sabe dónde está cuando se despierta. Lo conducen a un barracón y le dicen que se encuentra e un campo de prisioneros. Un campamento que ya ha triplicado la cifra de 1500 presos para el que fue pensado y en el que, bajo unas condiciones pésimas, miles de hombres trabajan en la construcción de una carretera a cambio de que su condena se vea reducida.
Conviven gentes de distintas nacionalidades: de Bélgica, de Yugoslavia, de Canadá, de Polonia... Apenas sin alimento, muchos enferman de tifus y otros ansían escaparse aún a sabiendas de que serán fusilados si su intento no llega a buen fin.
Varios flashback nos hacen conocer la vida de Julián siendo tan sólo un joven, su amor y sus sueños de casarse y formar na familia. Mas, todo ello muere con él el día que, decide fugarse y un certero tiro acaba con su vida.
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Sin duda, una lectura amena, con unas ilustraciones que me han hecho abandonarme a sus páginas de un solo tirón. Te invito a que te pases por la publicación de hoy 9 de febrero de 2024 para verlas en Instagram.
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