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Deseo rebelde


Autora: Julie Garwood

(253 pp) – Ed.RBA, 1986


Es la primera novela de Julie Garwood que leo, hace tiempo que quería conocer a esta autora y... me temo que no lo he hecho con una de sus mejores obras.

Tratándose de una ambientación histórica, creía que el romance se acompañaría con espacios, datos, lugares... y no ha sido así. Los hechos transcurren en Inglaterra, entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.

Habitaba mi biblioteca desde hacía años y la he releído para poder escribir estas líneas. Adoro su cuidada edición con la portada y la contraportada en tapa dura y cubierta de rosas en azul intenso, tan intenso como los ojos de la protagonista.


Caroline, la protagonista, regresa a su Inglaterra natal, después de pasar la mayor parte de su vida (14 años) en Boston, con la familia de su tío, y nada más pisar suelo inglés se tropieza con el duque de Bradford. La acompañan en el viaje: Charity, su prima, que es como su hermana y su "protector" Benjamín (un joven negro que huyendo del Sur, llegó herido a Boston donde ella lo acogió y curó).

De camino a la casa de campo de su padre, el conde de Braxton, con el que ansía reencontrarse, escuchan disparos y ven que un carruaje ha sido asaltado. En medio de una situación un tanto embarazosa para el hombre que ha resultado herido, llega un apuesto jinete a caballo, el duque de Bradford (Jered Marcus Benton, cuarto duque de Bradford). Desde ese instante, entre ambos surge una relación tirante y él queda completamente fascinado por el carácter y la belleza de Caroline.

Charity, que hablaba por los codos, le pareció a Bradford un torbellino no andante. Prestaba atención a una y otra mujer y le costaba creer que ambas fueran de la misma familia. Ni en su aspecto ni en su modo de proceder se parecían en nada. Charity era pequeña, de poco más de un metro sesenta de estatura, con bucles dorados que no se mantenían quietos, y ojos avellanados que destellaban traviesos. Caroline era unos cuantos centímetros más alta, tenía el cabello negro y las pestañas gruesas y oscuras que enmarcaban unos asombrosos ojos azul claro. Ambas eran esbeltas. Charity era bonita; su prima, muy hermosa.
Las diferencias no acababan en sus apariencias. La rubiecita parecía pícara, y a su mirada le faltaba tanto concentración como sustancia. No era capaz de mirar a Bradford directamente a los ojos y él pensó que rozaba la timidez.
Caroline daba la sensación de una confianza total y miraba fijamente a los ojos. Podía- y casi lo había hecho- clavar la vista hasta que uno no podía sostenerle la mirada. (vid.pág.23)

Sabemos desde las primeras páginas que Caroline no es una joven al uso, tiene personalidad. Sin embargo, me parece que la autora no la ha perfilado al completo. Pues bien, Caroline se enamora perdidamente de Bradford y lucha contra ello. Él por su parte, se ha empeñado en conseguirla a toda costa. Con un carácter duro y severo, condicionado por la desconfianza tras un engaño años atrás, acude a los bailes y fiestas de sociedad para encontrarse con ella.

La inalcanzable Caroline, guarda un secreto que se desvela hacia el final y está relacionado con el inicio de la novela (Inglaterra, 1788). Este misterio va de la mano de los intentos fallidos de acabar con su vida en repetidas ocasiones. Hecho que hace que el duque la proteja, se case con ella y la dote de todo tipo de seguridad.

Al tiempo que todo esto ocurre, vivimos la bonita historia de amor de Charity y Paul Bleachley, el joven con el que estaba prometido y que, de la noche a la mañana, desapareció de su vida sin dejar rastro alguno. Gracias al duque, que lo conocía, sabemos que hubo una explosión en Boston:

-Cuando todavía estaba en Boston, Paul tuvo un accidente. Hubo una explosión y su barco resultó destruido. Casi muere. Llevará las cicatrices por el resto de su vida. Vive como un ermitaño en una pequeña casa de campo a una hora de viaje de aquí y ni siquiera a sus parientes permite que le visite. (vid. pág. 87)

La historia entre Charity y él, me parece realmente preciosa. Triunfa finalmente el amor, cuando ella le hace ver que lo ama sin condición y no es por compasión. Ojalá hubiese dedicado la autora más páginas a ambos personajes.


En la residencia de los Claymere, durante un recital, Caroline es empujada por las escaleras. Más adelante, su carruaje casi tiene un accidente... El duque investiga y logra averiguar que es el hermano menor del padre de Caroline quien está detrás de tan atroces accidentes que intentan acabar con la vida de Caroline pues sabe que el testamento ha cambiado y ella será la futura heredera de la fortuna de su padre y de su tío.

Hacia el final, conocemos también que el funesto capítulo que se relata al principio es el secreto que acompaña a Caroline aún sin ella saberlo. Con cuatro años, se disparó la pistola que sostenía entre sus manos cuando tropezó con el camisón. Estaba presenciando una terrible escena en la que su padre yacía en el suelo cubierto de sangre tras el ataque de tres hombres. Y como resultado del disparo, uno de ellos murió.


La intriga por saber cómo se resolverá todo va de la mano de la tensa relación entre el matrimonio. Ella, sensible y enamorada hasta lo indecible. Él, frío por momentos, acostumbrado a tener cuanto desee y cuando lo desee. Los dos deben encontrar el equilibrio y eso lleva a que la tormenta estalle en repetidas ocasiones. A este respecto, me parece que todo se precipita y que muchas veces, la narración es excesivamente explícita, carente de elegancia y de insinuación.

Gustándome el argumento y esperando mucho más de él, me he quedado decepcionada por la manera de narrar, por la falta de detalles y el exceso de descripciones que considero no eran necesarias. Hubiera esperado más de los personajes. Además, ha habido momentos en que el trato del duque a Caroline me ha parecido tan ofensivo, que la rabia quería hacerme cerrar las páginas para no abrirlas jamás.


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