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Santa María A Real do Cebreiro (Lugo)

Foto del escritor: bajoinfinitasestrellasbajoinfinitasestrellas

Actualizado: 22 mar


Este santuario que parece haber detenido el tiempo en cada una de las piedras que lo sostienen, fue construido en el siglo IX y restaurado en el año 1962. Hoy es vivo testigo del monasterio ya desaparecido, y del mesón-hospital que funcionó hasta 1858.

Mantiene viva la leyenda que, como otras muchas que acompañan a Santa María, y dice que los monjes hacían sonar sus campanas en los días de niebla para así orientar a los peregrinos.


Estamos ante el monumento más antiguo de la ruta jacobea íntegramente conservado, aunque su fachada no es la original. Fue fundado por el conde de Aurillac.

Al entrar, sentirás que un halo de sereno misterio se apodera de ti.

Imposible no detenerse ante la pila bautismal del siglo IX, la cruz de madera del siglo XII colocada en el presbiterio y la hermosa imagen de Santa María, llamada La Real, en la nave de la derecha.

El baptsterio cumple con el canon antiguo de separación del Templo. En él, la pila de granito es la que se solía emplear en los bautismos de inmersión practicados hasta la Edad Media. En la pared, el Cristo de San Damián, copia de un icono del siglo XII. Custodiado en Asís, San Francisco oraba ante él. El aquí presente, fue colocado el 19 de octubre de 2013 conmemorando el VIII centenario de la peregrinación se San Francisco a Santiago en 1214.


En la capilla que se encuentra a la derecha del presbiterio se encuentran el cáliz, la patena y las reliquias del milagro eucarístico de las que a continuación hablaré. En la capilla de la izquierda, descansa don Elías Valiña gran descubridor y promotor del Camino.

"Sacerdote, hospitalero, licenciado en Derecho, doctor en Teología, estudioso y promotor del Camino de Santiago (Sarria, Lugo 1929 - Lugo 1989). Fue párroco de O Cebreiro, en la entrada del Camino Francés en Galicia, desde que se ordenó como sacerdote, en septiembre de 1957, hasta su muerte. Dedicó toda su vida a trabajar en el cuidado del Camino de Santiago y murió en el hospital de Calde, en Lugo, el 11 de diciembre de 1989, tras una penosa enfermedad.

Pionero destacado en el inicio de la promoción del Camino de Santiago, ya desde los años sesenta participa, con otras 37 personas vinculadas directamente al Camino, en el I Encuentro Jacobeo celebrado en Santiago de Compostela, en mayo de 1985. De allí sale con el nombramiento de comisario del Camino de Santiago, cargo que le enorgullece y que desempeña con absoluta eficacia. El citado encuentro fue una reunión de gran importancia, con una amplia representación de Galicia y con participantes procedentes de Logroño, Burgos, Madrid, Palencia, Ponferrada, Astorga y Vega de Valcarce, entre otros lugares. Los participantes observaban que se estaban acercando tiempos del revivir jacobeo, como un fenómeno sociocultural y económico de gran magnitud. La iniciativa arrancara del Centro de Estudios Jacobeos.

La atención a los peregrinos, con la creación de refugios y albergues, y la información a estos y a la sociedad fueron dos temas importantes tratados en la reunión, en la que se acuerda la creación de una tarjeta o carné del peregrino y la edición de un 'Boletín del Camino de Santiago', una publicación que, a lo largo de dos años, dirigió y editó el mismo Valiña Sampedro, con gran esfuerzo personal. En el Congreso Internacional del Camino de Santiago que se celebró dos años más tarde, del 23 al 26 de septiembre de 1987, en Jaca, este boletín se reconvierte en la revista 'Peregrino', que sigue editando la Federación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago.

Jaca y la flecha amarilla

Elías Valiña fue el promotor, impulsor, programador y coordinador del Congreso Internacional del Camino de Santiago de Jaca, que se celebró dos años antes de su muerte y que sirvió para reafirmar los valores de libertad, solidaridad y justicia que la Ruta Jacobea representaba, estableciendo acuerdos fundamentales para su futuro, como el tiempo demostraría. Entre los congresistas era patente el afán por los trabajos de identificación de los Caminos de Santiago sobre el territorio europeo, por la señalización de los puntos de interés y por desarrollar una acción coordinada de restauración del patrimonio monumental y natural situado en los entornos de las diversas rutas.

Precisamente, estos temas eran motivo de preocupación permanente del cura de O Cebreiro y él mismo, con sus propias manos y con la colaboración de otros voluntarios amantes del Camino, señalizó, desde los años ochenta, la ruta desde Roncesvalles a Santiago de Compostela con la flecha amarilla, ahora, señal internacionalmente conocida y reconocida.

La formación personal y la de los jóvenes era una obsesión para este hombre, que terminó los estudios de Derecho Canónico y que, en 1965, defiende en la Universidad Pontificia de Salamanca su tesis doctoral, 'El Camino de Santiago: estudio histórico-jurídico', publicada en 1990. Por este trabajo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas le concede el Premio Antonio de Lebrija.

Entre sus estudios de investigación es obligado referirse a El inventario artístico de Lugo y su provincia, una obra que él coordinada y en la que participan otros investigadores, estudiando la etnografía y el patrimonio artístico y arquitectónico de la provincia. Son 2.674 páginas, distribuidas de modo desigual en seis volúmenes, con texto y con 929 láminas. Otra obra importante es el catálogo de los archivos parroquiales de la Diócesis de Lugo, galardonada en 1972 con el Premio José María Cuadrado y publicada por la Diputación Provincial de Lugo en 1991.


Guías pioneras

Una importante faceta de este cura estudioso e investigador fue la elaboración de guías del Camino de Santiago. Con texto, fotos y una buena cartografía se orientaba a los peregrinos para que siguieran el Camino, en las distintas etapas. Solo dos de estas guías se editaron antes de su muerte, la primera, titulada Camino a Compostela (1971) y la segunda, en 1985. Antes de este año, coincidiendo con el Jubileo de 1982, había intentado sacar a la luz la primera guía jacobea moderna, pero no lo logró. Sólo consiguió que el Gobierno central publicase una especie de revista con el trabajo, en el que colaboraron expertos de todo el Camino Francés. Se tituló Guía del peregrino. El Camino de Santiago.

Investigador, valedor de la Ruta, defensor de los intereses de las gentes que viven en los entornos del Camino, promotor y divulgador del espíritu y de la cultura jacobea, restaurador del poblado de O Cebreiro, de la hospedería y de la iglesia de Santa María, Elías Valiña fue un cura revolucionario al servicio de los humildes."

Como él, siguiendo los pasos de miles, de millones de peregrinos... El Camino se siente en el alma.


Y antes de finalizar esta publicación, unas líneas para el milagro que antes mencioné y que tan bien recoge este texto junto al altar:

"El milagro del Santo Grial de O Cebreiro (también así conocido) se remonta a comienzos del siglo XIV. La historia refiere como un día de invierno, con mucha nieve y frío, un campesino del pueblo de Barxamaior acude como siempre a misa, a pesar del mal tiempo. El sacerdote que estaba celebrando pensó para sí que el campesino habría podido morir en el camino sólo por venir a arrodillarse delante de un poco de pan y de vino. En el momento de la consagración, la hostia se transformó en carne y el vino en sangre. Enseguida, la imagen de la Virgen, colocada al lado del altar mayor, inclinó la cabeza para adorar el cuerpo y la sangre de Cristo. Desde entonces, el cáliz, la patena y las reliquias del milagro se encuentran en O Cebreiro. El sacerdote y el campesino están enterrados uno al lado del otro en dos arcos del altar del milagro. Esta historia se difundió por toda la Europa del medievo entre el clero, los juglares y los peregrinos. El milagro fue conocido también por los Reyes Católicos, en su peregrinación a Santiago de Compostela, en el año 1486 y donaron el relicario, junto com el cáliz y la patena (preciosa pieza de la orfebrería románica) que están expuestos todavía en la iglesia de O Cebreiro.

El cáiz y la hostia figuran además en el escudo de Galicia. La tradición popular cuenta que la reina Isabel quiso llevarse con ella las reliquias de O Cebreiro. La comitiva regia partió hacia Castilla y unos kilómetros más adelante, los caballos se detuvieron y fue imposible hacerlos continuar. El miedo se apoderó de la comitiva y dejaron libres a los caballos, que regresaron a las puertas de la Iglesia de Santa María de O Cebreiro. Viendo esto, la reina Isabel ordenó entonces que las reliquias continuasen en O Cebreiro. La influencia de los Reyes Católicos en la historia de estas tierras se refleja también en el hecho de la petición que hacen al Papa Inocencio VIII para restaurar la hospedería y el hospital que, por su mediación, pasan a depender de la orden benedictina de Valladolid. Además, el santuario obtuvo varias bulas papales y privilegios reales, Estuvo en manos de los monjes benedictinos hasta el año 1854. Ahora son los franciscanos los que se encargan de ella. Los peregrinos que pasan se paran a rezar delante del sagrario, de la imagen de María y de la cruz, tienen que tener presente el auténtico sentido del Camino, que es reconocimiento de Cristo como Camino, Verdad y Vida."

Visita e imágenes tomadas el 2 de febrero de 2025


 

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