Autora: Almudena de Arteaga
(205 pp) – EDITORIAL LA ESFERA DE LOS LIBROS, 2001
Comienza la novela con un árbol genealógico que nos sitúa en el tiempo y en las relaciones de parentesco de algunos de los personajes que aparecerán a lo largo de ella.
Mencía de Lemos, dueña que acompaña a Juana de Portugal a Castilla para desposarse con Enrique IV, rey de Castilla y León, es quien narra la historia. Una historia que me ha llevado a conocer la crueldad de algunas prácticas que tuvieron que pasar las mujeres para engendrar herederos, las argucias y estrategias para conseguir poder, las infamias y el deshonor, la codicia y la soledad del poder.
La corte de Castilla celebra el nacimiento de Juana, princesa heredera hija del rey Enrique IV y Juana de Portugal. Pero esta alegría durará poco pues el nombramiento por parte de Don Enrique de Beltrán de la Cueva como Maestre de la Orden de Santiago, hace levantar las alarmas e incluso crea una terrible mentira que poco a poco se extenderá según la cual él es el verdadero padre de Juana.
Nada más lejos de la realidad y de la verdad como relata Mencía. La reina, ante la impotencia del rey, sometida a un tratamiento de fecundación, sólo conoció a tal varón. Pero... la infamia vivirá para siempre cerca de la que pudo y no fue la heredera. Apodada La Beltraneja por todos aquellos que estaban en contra del rey y apoyaban las argucias de Beltrán.
Juana, deseosa de saber la verdad, escucha con atención el relato de Mencía. Saber si es realmente la hija de los reyes o una bastarda más. Conocer qué ocurrió y qué la mantuvo reclusa en un convento hasta sus últimos días.
He vivido durante la lectura, en una corte convulsa llena de engaños, con nobles cegados por el poder, entre mentiras, conjuras e intereses. Al lado de un rey falto de carácter y decisión y una reina que no fue feliz. Junto a ellos, los hermanos de D. Enrique, frutos de un segundo matrimonio: Alfonso e Isabel que también lucharán por el reino. De hecho, me ha sorprendido ver la crueldad de Isabel La Católica, madrina de Juana y su eterna rival.
La mentira y la ambición de Isabel, fueron condicionando la vida de Juana, que tras haberse casado dos veces y haber sido anulados ambos matrimonios, termina sus días en un convento negándose a la petición de matrimonio de su tío Alfonso; muertos sus padres e Isabel y no habiendo herederos, quizá fuese la luz y la manera de recuperar el reconocimiento que jamás debieron arrebatarle. Mas... como ella misma recoge en el documento hallado en el convento de las clarisas de Santarem: ella fue y es la reina.
Es la primera novela histórica que he leído de Almudena Arteaga y seguro no será la última.
Almudena Arteaga, abogada e historiadora, es la autora española de novela histórica más leída en nuestro país.
Su primera obra, La princesa de Éboli, fue un rotundo éxito y lleva actualmente diecinueve ediciones. La vida privada del emperador y Eugenia de Montijo fueron sus posteriores aciertos, siempre bajo el común denominador de "enseñar deleitando" y del magistral uso de la voz de la narradora. (Líneas tomadas de la faja del libro)
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