Muy cerquita de Santiago, se encuentra este maravilloso rincón de agua y verde. Dentro de la llamada RUTA DO REGO DA ANDORIÑA, este lugar fue acondicionado por el OBRADOIRO DE EMPREGO "ENTRE RÍOS" promovido por los ayuntamientos de Ames y Brión y subvencionado por la CONSELLERÍA DE TRABALLO E BENESTAR E FONDO SOCIAL EUROPEO en febrero del 2015, ofreciendo sin lugar a dudas un área recreativa que cuenta con múltiples servicios como: puesto de socorro, chiringuito, una gran área de aparcamiento, baños, piscina para menores de 10 años, Club de piragüismo Ribeiras do Tambre y guardería y biblioteca en verano (los días que hace buen tiempo).
La ruta de unos 5,2km y dificultad baja es circular. Comienza aquí en el punto en el que hoy estamos. Poco a poco, iré subiendo los demás lugares de interés pues merece la pena caminar junto al Tambre y sentir la Naturaleza y su abrigo.
Justo aquí, en la PLAYA FLUVIAL (que sería el punto 1, la partida y llegada de la ruta), se encuentra el MOLINO DE A INSUA (punto 2) que hoy vemos restaurado y que ya aparecía citado en el Catastro del Marqués de la Ensenada en el año 1750.
Mágico el sonido del agua, tranquilo el reflejo de los árboles que pueblan las orillas y las nubes que desde lo alto observan.
Imaginar el bullicio en un día de verano, de altas temperaturas, se hace sencillo. El agua llena de pies a remojo y las sombras cotizadas como anhelados tesoros.
Este día, la quietud permitía ver cómo remontaban el río las truchas.
El Tambre discurre en su totalidad por la provincia de La Coruña y deja imágenes de postal bajo puentes tan conocidos como el de Nafonso y el de Ponte Maceira, de los que pronto espero poder hablaros.
Caminar o sentarse en la hierba a escuchar el agua son siempre un plan ideal junto a las aguas de cualquier río.
Este entorno privilegiado, cuenta con mesas y barbacoas y mucho campo verde para caminar descalzo sobre la hierba, tender una toalla, leer y hasta echarse una buena siesta.
Junto al aparcamiento, un moderno y grande edificio, acoge el Club de Piragüismo.
Y antes de cerrar esta publicación, te pido por favor que te quedes a ver el vídeo. El discurrir del agua y el verde intenso que colorea este lugar lo convierten en un paraíso de calma, un remanso de paz en el que perderse... aunque sea tan solo por unos instantes.
Ojalá llegues a sentir esa serenidad y te animes a hacer la ruta.
¡Merece la pena!
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