De la mano de esta escritora, he viajado a Francia, Inglaterra, Australia, Alemania e India. Sus personajes conforman un universo de sentimientos, de caracteres, de ocupaciones y preocupaciones que hacen que sea imposible no conocerlos, no amarlos y en ocasiones, no odiarlos. Sus perfiles cuentan con todos los detalles que cualquier descripción exige.
Las ambientaciones están mimadas y es sencillo imaginarse caminando por las mansiones, bajando las escaleras, sintiendo el tintineo de las tazas de delicada porcelana al tomar el té y disfrutar el aroma de las flores que adornan jardines y habitaciones.
Momentos históricos como los bombardeos a París durante la Primera Guerra Mundial, las intrigas políticas en Alemania, la muerte de la Reina Victoria o los conflictos y tensiones de la Compañía de las Indias Orientales. Todo ello, como un encaje perfectamente diseñado, acompañando y nutriendo la pluma ágil de Victoria Holt.
El ópalo negro
La noche de la Séptima Luna
La máscara de la hechicera
Menfreya al amanecer
Hija de la mentira
Abanico indio
Difícil escoger una de ellas pues con todas y cada una: he disfrutado, temido, soñado y amado. En todas hay un final feliz en el que triunfa el amor y todas a su vez, descifran intrigas, misterios de generaciones pasadas, de tradiciones culturales y ancestrales.
Estaban en una de las estanterías de mi biblioteca desde hacía años y este ha sido su momento. Quisiera que la lectura siguiente de esta autora fuese en inglés, en su lengua original, todo un lujo, estoy segura. Para siempre quedarán en el recuerdo: Harriet, Menfreya, Suewellyn y el legado de los Mateland, el misterio de la Selva Negra y tantos sutiles detalles, lugares e instantes.
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He querido dedicar estas líneas a la delicadeza y belleza que en todas ellas he sentido. Para el vídeo he preparado un café en el hermoso juego de la Royal Albert que mi hermana me regaló en este último cumpleaños. Es de la colección "Laverder Rose" y os aseguro que el sabor y el aroma son diferentes y exquisitos en esta colección con suaves toques rosados y lilas. Todo sobre el último mantel que me hizo mi madre.
¡Cuánta belleza y, en esta ocasión, cuánto cariño!
Deseando disfrutéis de la esencia, del instante... de lo sutil; os agradezco una vez más que estéis aquí, en esta pequeña ventana llena de ilusión.
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